Aquí se viene a jugar con las palabras. A vaciar nostalgias. A comprender miradas y silencios. A compartir sin disfraces. Con seudónimo pero el alma verdadera...

lunes, 6 de julio de 2009

Calor y preferencias...

Los días pasan al vuelo y mis noches se arrastran, envueltas en calor, en camas vacías. Levantarme despacio, caminar prudente, sin luces, esforzarme por mantener los ojos cerrados, que escuecen a veces desde la operación porque ahora se hidratan menos, a tientas, beber. Doy muchas vueltas, de pie y en horizontal. Se me estropeó el ritmo del sueño hace más de un año y no quiero seguir la tradición química de mis ascendientes, así que resisto hasta que mi humor se resienta y no queden remedios...

A pesar de que me encanta la noche, a solas me asusta. Cuando tengo pensamientos enredados, temores entretenidos, recuerdos para llorar y planes por llegar. No hablo del miedo de los ruidos, que también. Hablo del que se produce a solas y nadie puede confortar ni transformar en sucesos racionales ni generar explicaciones lógicas. O levantarse a ver qué lo produjo. Yo paralizada, envuelta en la sábana y en mi propio miedo. El verdaderamente difícil de alejar porque nace ahí, sobre las cejas, y es fruto de tantas cosas que guardamos con egoísmo para nosotr#s sol#s.

No soy tratadista ni ensayista y tampoco experta en terrores nocturnos, así que dejo ahí el apunte, para su debida constancia y a los efectos oportunos.

El conejo enano salta en su enorme jaula, hace ruido, más que la música y el rumor del aire acondicionado, levanto la mirada del teclado y arqueo las cejas. Identifico el sonido, que piso al escribir y pienso que no hay por qué estar preocupada. Pero un poco lo estoy: existe un juego de llaves de esta casa en manos de algún desconocido que se las robó a mi descendiente y ya no sé si pensar que habrán sido tiradas en algún lugar obvio o bien aguardan pacientes a entrar con calma y todo el tiempo del mundo. Preferiría no estar dentro, la verdad...

2 comentarios:

  1. A mí me parece normal, como cuando tienes un accidente de coche y ves golpe en cada aproximación y se acelera el corazón en cada frenada. Y le dices al piloto eso de ..."no te pegues tanto".

    ¿Y un cerrajero?

    Tengo apneas nocturnas, a veces dos y otras veinte. Sólo hay una situación que me las quita. No dormir sola.

    Ei...pasará. Siempre lo hace. Y las cosas cambiarán, porque todo está en movimiento. Cuando menos te lo esperes.

    Besazo, de ya es martes.

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  2. Estamos hablando de un segundo juego de llaves. A la primera ya pasó el cerrajero y no veas la alegría. Así que me arriesgo y paso miedos. Pasarán, claro que si.

    Sigue moviéndote, que las agujas de los relojes van más deprisa...

    Beso, apresurado.

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Si. Claro. Cómo si fuera tan fácil hacer una definición completa y, además, ecuánime de una misma a estas alturas de la vida... Creo que, por lo menos, necesitaría un fin de semana. ¿Hace? ¿Si? :)

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