Aquí se viene a jugar con las palabras. A vaciar nostalgias. A comprender miradas y silencios. A compartir sin disfraces. Con seudónimo pero el alma verdadera...

miércoles, 16 de junio de 2010

Trilogía...

No me gusta que pase un día laborable sin incorporar un post a este acervo [confieso que acabo de acudir al diccionarios.com a buscar si va con b o con v; la gramática materna y la general del país son a veces contrapuestas y una, a estas alturas, ya ni sabe...] que va creciendo. Eso significa, básicamente que no he dispuesto ni de unos minutos para dedicarme. Por tanto, que ando apurada. Sexta semana sin ayuda y me está empezando a salir cara de idiota por no haberla pedido, ni antes ni ahora. Pero me niego a incorporar cambios en mi entorno inmediato. No quiero sentirme traidora. Seguiré con mi paciencia, superando límites y bajando. Me estoy formando una opinión tan distinta de la que de ella tenía que me asusta porque me conozco y no sé disimular el fastidio. Suerte que aún han de pasar unos días para el regreso.

Están tirando petardos. Algunos son tan fuertes que me recuerdan a lo que creo que se debe escuchar en un lugar en guerra. Y los ruidos me levantan ligeramente de la silla, por inesperados. Me recuerda que habrá jaleo en casa en breve y que está todo por [no sólo ya por hacer, como sería lo normal sino por] pensar y me inquieto. Creo que tendré la misma asistencia que en años anteriores: a saber, presencias diversas que desconocen el funcionamiento de las cosas y todavía más su ubicación, con lo cual la ayuda es más bien escasa, a efectos prácticos.

He vuelto a ver fotos. He vuelto a desear tener un teleobjetivo entre las manos, frente a los ojos. He visto cosas maravillosas y he necesitado capturarlas, junto con el instante. Hace ya mucho que no sentía eso, que no me detenía ante lo que me atrapa queriendo atraparlo, detenido, inerte e inalterable, para siempre. La fotografía es algo definitivo, irreversible. Por eso cuando el resultado quita la respiración o captura la expresión perseguida o la conjunción de efectos que buscamos es un éxito de los que te hace sonreir, hacia dentro, para ti porque solo tú sabes en pos de qué andabas, cuando te detuviste paciente detrás del objetivo.

4 comentarios:

  1. Jo...has tocado uno de mis puntos. Me gusta la fotografía. Cada fotografía es una historia. Me gustan las historias.

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  2. Contrátame a mi :D.

    Mizar.

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  3. los petardos eran porque España perdió verdad?
    el otro día leí un artículo sobre la obsesión que estamos adquiriendo de intentar capturar en imágenes todo lo que vemos. Hablan ya de psicopatía... :S

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  4. Victoria: creo que tienes buen gusto. ;)

    Mízar: buena idea. Deja que arregle cuatro papeles. ¿Vendrías? :)

    Jei: podrían haber sido por eso pero fueron previos. Mi psicopatía es con la BlackBerry. Qué ansiedad, pordiosssssss!!!! Grrrrr. Eso de llevar cuatro cuentas de correo y una agenda es demasiado para mi... :( ¿Tú lo llevas bien?

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No serás de l#s que creen que intimido y por eso no comentan nunca, ¿verdad? :) ¡¡Venga!! ¡¡Anímate!!

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Si. Claro. Cómo si fuera tan fácil hacer una definición completa y, además, ecuánime de una misma a estas alturas de la vida... Creo que, por lo menos, necesitaría un fin de semana. ¿Hace? ¿Si? :)

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