Aquí se viene a jugar con las palabras. A vaciar nostalgias. A comprender miradas y silencios. A compartir sin disfraces. Con seudónimo pero el alma verdadera...

jueves, 9 de septiembre de 2010

Catorce horas y dieciocho canicas...

No podía saber qué sería caminar a tu lado y me ciñes a la izquierda, sin darte cuenta, muy despacio. Y cada vez rectifico la dirección, para volver a centrarnos, para reubicarnos, de nuevo en el lugar que corresponde. Impresionante cielo azul y el sol justo para pegárseme a la piel y hacerme sentir un poco más desprotegida, aunque el viento en la cara pueda suavizar tantas cosas.
Horas de paseo en lugares recónditos y espacios abiertos, adivinando otoños y erizando la piel, que el verano se retira despacio y en esta ciudad es necesaria la chaqueta de lino de color arena del desierto. Y me pregunto a qué desierto debe parecerse porque no soy capaz de recordar ese color en la paleta de la memoria.
Modernismo, nuevos barrios modernos, chaflanes facilísimos, palabras, iglesias y catedrales, baldosas con logotipo, personas y gente, tiritas y botellas de agua, olores infantiles, un helado de nata y sashimi por primera vez.
Un nueve. Un ocho. Un diez.
Entregar un objeto inútil en forma de corazón y una libreta con tres poemas.
Al final, cerrando las catorce horas, una lluvia de canicas y de sonidos de cristal repartiéndose sobre la cerámica, en todas direcciones, con diferente intensidad...

6 comentarios:

  1. Parece que lo que estabas por decir era lo suficientemente hermoso como para enmudecerte unos dias.

    ResponderEliminar
  2. ingravidez mientras leo.

    ahora me despierto.

    :)

    ResponderEliminar
  3. Me gusta la imagen de las canicas que figuro al leerte y el sonido que les imagino, lo puedo oir sin esforzarme nada.
    Encantada de poder leerte.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  4. La cosa perdida: gracias. Viniendo de ti, lo dicho multiplica su valor... :)

    Jei: es que eres de reacciones tardías y tú sales mucho, ¿no es eso? ;)

    Silbante: maravilloso sonido el de 18 canicas, te aseguro. Encantada de que vengas por aqui. :)

    ResponderEliminar
  5. :)

    Los objetos que se entregan nunca son inútiles.
    Nunca se acumulan en ningún desván. A quién se le ocurriría guardar un objeto en forma de corazón en un desván? Con la de sístoles y diástoles que le quedan por delante!!!

    Dieciocho canicas. REpiqueteo. Estoy pensando...Se podrán guardar en el cuenco de una mano?

    :)

    ResponderEliminar
  6. Caben con dificultad, te lo aseguro. Sobretodo porque hay una que es más "grande" que las otras. Es la que costaba más de ganar, la de mayor valor... Un beso, redondo.

    ResponderEliminar

No serás de l#s que creen que intimido y por eso no comentan nunca, ¿verdad? :) ¡¡Venga!! ¡¡Anímate!!

Aquí está todo...

Acerca de los datos personales

Mi foto
Si. Claro. Cómo si fuera tan fácil hacer una definición completa y, además, ecuánime de una misma a estas alturas de la vida... Creo que, por lo menos, necesitaría un fin de semana. ¿Hace? ¿Si? :)

Por si se pierde algo...

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Number of online users in last 3 minutes Number of online users in last 3 minutes