Aquí se viene a jugar con las palabras. A vaciar nostalgias. A comprender miradas y silencios. A compartir sin disfraces. Con seudónimo pero el alma verdadera...

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Un momento de silencio...

Tengo treinta minutos para mi entre el momento en el que se vacía la casa y en el que conviene que empiece la ducha. Una reunión de tutoría a primera hora con el padre del vástago promete alguna risa y un poco de ansiedad. Aquélla la proporciona el que fue, ésta el tutor. Y es que me resulta incomprensible el grado de dificultad al que se enfrentan ahora los chicos y las chicas; no recuerdo que fuera tan complicado, que requiriera tantas horas. Ni siquiera la Facultad me resultó tan caótica como ahora, que los convierte en arqueólogos de la materia en busca de la elaboración de los mejores apuntes del mundo. Lo veo como una pérdida de tiempo. En cambio, seguimos sin saber debatir o hablar en público, como si no fuera crucial en una vida. Sin que nadie rectifique, cada vez que legislan al respecto. Y mira que lo hacen con frecuencia, pero nada. Un olvido tras otro, un error endémico nacional. Sirve para hacer los más espantosos ridículos en entornos plurinacionales. Los españoles no necesitamos badge...

Todo va bien. Y sin embargo siento que se me despierta algo en el estómago. Un poco de pereza ante el próximo avión. Algo de rutinario en ciertas conversaciones. Como un vacío aquí delante, un camino cortado, la carretera en obras yendo hacia ninguna parte. La sensación no es de miedo ni de preocupación, solo de vacío. El que precisamente yo no puedo permitir ni quiero permitirme. No hay queja, nada que perturbe una plácida existencia. Quizá de tan plácida ahora, aburrida. Todo es subjetivo y las agendas no tienen por qué parecerse o llenarse a la vez o entenderse igual.

Tengo treinta minutos hasta que vaya a entrar en la ducha y hoy, en lugar de pensar con el volante entre las manos, conduciendo por inercia y conversando telefónicamente, me he sentado aqui, en silencio, en blanco, para saber cómo estoy. Me sorprendo un poco porque debería haber dejado la impaciencia por ahí caída y sin embargo...

3 comentarios:

  1. Te iba a decir que al silencio le añadieras tres puntos suspensivos pero veo que los has puesto al final...
    :)
    Curiosa entrada, casi gratificante cuando en este 12/12/12 me inundan las TIC con noticias entre apocalípticas y místicas. Yo, que soy muy crédula, realmente espero que se renueve la energía...hoy, mañana, pasado...pero pronto, please.
    Curiosa entrada, casi gratificante porque está llena de normalidad y de vacíolleno y a esta altura de mi día se agradece.
    Un beso.

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  2. A eso si que llamo yo "un silencio pensante"..De todas maneras deberiamos tomarnos más momentos así, son, a mi manera de ser, los únicos realmente nuestros, automomentos silenciosos, el resto siempre estan ocupados en tal cosa, tal problema o tal persona....

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  3. Victoria: están al final y al principio, en el título, como siempre... A estas alturas deberías saber cuán curiosas son mis entradas, querida... :)

    ppp: cierto, cierto, cierto... Hoy he leído en alguna parte que hay lugares en los que el tiempo es una bendición y en otras un castigo... Solo hay que acertar en dónde estar en cada momento, supongo...

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