Dices que hace seis meses...
Y en ellos pienso en tanto como ha sucedido y nos ha sobrevenido.
Me contaban de cambios de paradigma, destrucción de una vida conocida y montaje de una completamente nueva, travesías del desierto, a solas, sorpresas desagradables y conocer a quienes estaban ahí, lastrando, engañando, ahogando. Y cruces cósmicas que nunca antes habías pensado en que podían existir.
Y me sorprendía y no podía comprender.
La vida me ha ido arrebatando compartimentos gigantescos y me ha dado un par de volteretas, resituándome, recreándome. Estupor, pánico, dolor, lágrimas y la misma soledad que debe sentir un alacrán en el desierto de Atacama.
He crecido. Lo sé y lo veo. Por dentro y por fuera. Deberes terminados para esta fase. Aprendiendo para las nuevas. Madurada, serena, tranquila y segura, sin dudas ni temores. Porque eres la verdad absoluta que mató todas las mentiras. Gracias.
Sobrevivir el tsunami, prepararme y leer, experimentar, sentir, dejar de hacerlo, sentirme muerta ("he empezado a morirme", te dije llorando una noche frente a frente). Y entender tantas cosas que antes siquiera había presentido. Pieles, silencios, lugares, espacios, distancias.
Dices que hace seis meses pero sabemos que hace bastante más de dieciséis. A la sombra, por la noche, en la portería, largos paseos y muchas conversaciones letra a letra a todas horas, teléfonos sin fin a pesar de tu reticencia. Estabas, incondicional. Acompañabas, a plena luz y en las oscuridades. Gracias.
Hace toda una vida. Muchos meses más de los que cuentas tú. Haces la nueva etapa. Crecemos creando y compartiendo. Planeando esta nueva vida que tengo la suerte y la ilusión de construirnos como una nueva oportunidad, habiendo visto caer muros, lágrimas y contenidos, decepciones y abandonos definitivos.
#ganasdelunes cada día. Contigo. Ganas de playa a media tarde, improvisando. Haciendo en lo posible lo que nos apasiona. Ganas de turquesa y de playa. Ganas de ganas. Ganas de vida...