Hago ímprobos esfuerzos por mantener la calma, conservar la paciencia y aguantar dignamente, ahora que hay muchas cosas que no dependen de mí y pueden impactar, de verdad, en mi vida, para modificarla.
Suele suceder que la acción da resultados. Pero a veces, casi siempre, no son inmediatos, que las cosas van lentas [en palacio y fuera de él] y que simplemente hay que relajarse y esperar. Aquí entra en juego la niña mimada que fui, aunque apenas lo recuerde, claro.
Una llamada, por ejemplo. Algún correo, también. Un contacto que no sabes si llegará con nuevas por aire, o por tierra; o por mar.
Desfallezco a veces pensando que no van a llegar [las nuevas]. Pero luego me distraigo pensando en cómo puede llegar a impactar en mi vida, en nuestra vida. Y me gusta. Incrusto emoticono de la sonrisa enorme.
Hay decisiones que ya se han tomado y solo esperan la ocasión de fijar una fecha.
Otras, en cambio, pueden llegar disfrazadas de incertidumbre, con propuestas desconocidas y novedosas, que habrá que valorar.
Siempre me ha gustado fantasear con cambios de vida. Lo que ahora se está llamando "the big resignation", vamos. Ya estaba inventado desde hace años, si.
Y el cambio [de vida] de la mía cada día está más cerca. Quiero creer. Y trabajo para ello y en ello, a diario, a conciencia, porque es lo que quiero.
Pero qué cruz esto de vivir al lado del teléfono esperando una señal. Y más en tiempos de eclipses y lunas extrañas y todos esos movimientos planetarios que hay ahí afuera [los próximos cinco años, dicen los expertos!!!].
Si hay novedades, prometo volver.
Una nota pequeña como recordatorio del traspaso de mis dos últimas tías por parte de cada una de mis dos familias, paterna y materna. Los últimos bastiones de su generación. Ambas plácidamente, sedadas con horas de diferencia.
Nos hemos clasificado de manera inmediata en primera fila. Trago saliva.
Me gusta pensar que allá arriba se está montando un fiestón. Porque algunos hace años que hacían tiempo, esperando este día. Como mi ascendiente paterno, por ejemplo
A ellas les toca descansar en paz, hacer sus caminos, sean cuales sean. Porque las dos eran, básicamente, buenas mujeres, madres de sus hijos y privilegiadas que vivieron épocas difíciles y fallecer a algún hijo demasiado pronto. Horrible sufrimiento que solo una madre comprende...