viernes, 15 de noviembre de 2024

Resúmenes y primeras visitas...

Hay resúmenes que una nunca querría hacer.

Como recordar las anestesias bucales, los ratos al más puro estilo Mari Trini (en paz descanse). Dos. Y los correspondientes dolores previos y los malos momentos cada vez. Atiborrarme de medicación, debutar con alergias y pasar otro mal rato, lejos de casa (para variar).

Viajar y encontrarse mal es una mierda de combinación, por cierto.

O visualizarme en el interior de dos aparatosas máquinas de resonancia magnética, que debían ser de las abiertas, pero no; y estuve con una pared pegada a la nariz. Dos veces, treinta minutos la primera vez, quince la segunda. Controlando mi respiración, mi tos, mis movimientos...

Cuando estoy ahí dentro me da por imaginar que estoy enterrada viva.

Así que el rato es de lo más agradable, como es de suponer.

En otro orden de cosas.

Hago menos ejercicio del que debo. Y cuando lo hago, las agujetas me recuerdan la primera frase de esta línea.

Falta de ganas, falta de oportunidades, falta de oferta. Un bucle perverso.

También recibo menos masajes que antes, de los que necesito. Tengo que guardarme un hueco en la agenda y recordar que cuidarse sienta muy bien. Anotado.

Cambio de tercio. 

Hay cosas que mejoran sustancialmente. Estoy contenta.

Pero desde fuera no se aprecia. 

Que algunas cosas mejoren. 

Que yo esté contenta.

Ni siquiera escribo aquí, con lo bien que me iba hacerlo.

He dado el primer paso para comprender qué puede estar pasándome. Es un principio. En breve, primera visita. Y charlar y ver de entender todo en conjunto, paso a paso, poco a poco, una cosa cada vez. Que hay muchas y va a ser largo.

Cuando me pongo mis propios límites y me veo entre limitaciones es cosa de actuar deprisa. Yo ya me lo noto.

No es la primera vez. 

Supongo que no será la última...