jueves, 30 de enero de 2025

Del tamaño de un excremento de araña...

Esa sería la medida que tiene hoy mi autoestima. Sin exagerar.

El peso lo ignoro.

Pero la medida es la de un excremento de araña.

De araña española y peninsular. No de araña australiana o canaria, de esas más grandes que una mano de leñador abierta.

Poca cosa, ¿verdad?

¿Qué cómo se llega hasta aquí?

¡Ahhhhh, amigaaaaa!!!!

La historia es larga. Y predecible. Y vosotras muy inteligentes. E innecesario de explicar. Al menos a mi no me apetece. Franchement.

Solo me interesa dejar constancia para el mañana que ha de venir.

Estoy relativamente segura de que en algún momento de mi vida, cuando no pueda moverme de un sillón confortable y me aburra tan soberanamente como en esta etapa de mi vida, abriré este blog y me leeré todas las entradas desde hace más de 15 años (creo). No del tirón, claro. 

En pequeñas diócesis. Lentamente. Sin prisa, porque lo más urgente que voy a tener que hacer en determinadas horas será tomar medicación, puntualmente.

Y me gustará intentar recordar para quién escribí cada frase, por qué, el momento exacto... Será difícil porque siempre he sido muy críptica. Era parte esencial del juego, para mi.

Yo sé que me encantará. Aunque sea coñazo a ratos. Como quien se propone releer Ulises o Cien años de soledad...

Muchas alegrías me dio este blog. Supongo que algún disgusto también. Pero de eso suelo olvidarme. Es mejor así...

martes, 28 de enero de 2025

Decepciones... grandes como puños...

Por fin. Ayer me ayudaron a entender muchas cosas.

No niego que estoy pasando por todas las fases. Son tránsitos bastante serenos, aunque tristes.

Yo no lo entendería de otra manera.

Pero me he topado con una palabra clave.

Superficialidad.

Siempre sospechada, pero desechada porque no encajaba muy bien con la realidad de la propietaria.

Y ostracismo.

Tanto tiempo para ser reprochada con un "y no tienes idea de lo que me pasa".

Caray.

¿No hemos sido capaces de encontrar el momento para que me contaras? entre recta y receta, entre plato y plato, entre paseo y paseo, ¿no fuimos capaces?

Mientras yo me desmenuzaba haciéndome trocitos de explicaciones, de reflexiones, de por qués... Hace mucho que hago los deberes, yo. Mucho tiempo dedicándome para entenderme de dónde vienen tantas cosas...

¿Y tú? ¿callada? ¿sin compartir nada?

Qué idiota soy, pienso.

Menuda decepción. Menuda sorpresa.

Superficialidad y hermetismo. A cambio de todo lo demás.

Y exabruptos y enfados y abundantes críticas a todo y todos los que se mueven.

Pues no me gusta nada.

El sumatorio es realmente muy feo. Y me siento un poco estafada, un poco engañada.

Así que ayer entré por la puerta grande en la toma de conciencia de una nueva fase. La de la furia. Digamos, enfado. Es más adecuado.

Mezclada con la pena, claro.

Yo no lo entendería de ninguna otra manera. Aunque ya veo que tú sí... 

lunes, 20 de enero de 2025

Nunca vienen solas...

Y no me refiero a las mujeres.

Pero sí a las malas noticias.

Por el dicho.

Podría ser mucho peor, francamente. Pero una es quejica por naturaleza.

Y nostálgica.

Y perfeccionista.

Pero lo de hoy mío es la evidencia de que nuestras defensas bajan cuando atravesamos tormentas.

También demuestra que mi salud se resiente antes y durante y después de los viajes.

Así que aquí estoy. 

Tosiendo como si tuviera que escupir los riñones por la boca, mientras proceso las cositas que me van pasando y sigo sumando.

Se admiten apuestas. 

¿Podré con todo esto o ya me abandono a mi suerte? sea la que sea...

Hagan juego, señoras.