Suena el teléfono y, por un segundo, miro la pantalla con una expresión difícil de definir. Se acerca más a la alegría que al temor. Podrías ser tú.
Cuando me muevo por las calles de mi ciudad, de alguno de los lugares en los que coincidimos [tiempo, espacio, conexión], a veces lo hago pensando que quien está caminado delante de mi, subiendo las escaleras mecánicas, volviendo esa esquina, cruzando la plaza, podrías ser tú.
Hay días en los que apetece especialmente echarte de menos, marcar tu número, hablar un poco y callar mucho para escucharte, que sé que tienes tanto que contar, aunque te hayas resistido tanto tiempo. Y lo que aguantarás, lo sé.
A veces, desde el coche, observo coches como el tuyo, del mismo color; me fijo en la matrícula, que no pude memorizar el día que me lo enseñaste, tan nuevo, para ver si coinciden las pocas letras que me sé. Y es que podrías ser tú regresando a casa, después del trabajo, de dar un paseo.
Podrías ser tú la responsable de mis lágrimas, de esta tristeza pegajosa que no desaparece, de mi pena.
Ojalá fueras tú...
Son preguntas que me hago...
ResponderEliminarCuriosamente te escribí antes de leer esta entrada.
Me gusta leerte porque tienes el don de poner en palabras cosas que siento y me suceden, muchas veces.
Beso, anticipado.
Somos, pues, personas normales, con sentimientos normales, en circunstancias parecidas... Nada originales. :S
ResponderEliminarPero... ¿quieres ser original? ¿o verdadera? :)
Quiero ser única.
ResponderEliminar¿Realmente crees que somos personas normales?
¿Si?
:)
Eres única. Bueno, igual tu melliza tiene algo de ti. Tú de ella. Pero no os parecéis, que lo sé... ;)
ResponderEliminarAsí que sí: eres única. Y extraordinaria. Porque normal, no: no lo eres... ;)
Beso, de edición limitada. Numerado.