Empiezo con calma una nueva cuenta atrás que comparto en silencio y en secreto. En esta semana más cálida [eufemismo] del verano que están anunciando, me temo que hemos elegido un destino poco acertado. No sé si con vestir camiseta de tirantes y pantalón no largo será suficiente. Me consuelo pensando que por lo menos no sudaré y doy gracias por no vivir en un país tropical.
Esta semana es tan extraña como que anoche estuve a punto de tener una cita pensando que mi único descendiente presente en casa es lo suficientemente mayor como para quedarse en casa sin compañías. Me resultó liberador oirme a mi misma proponer la opción que luego no fue. Un alivio, en realidad. Me dediqué a tantas otras cosas.
Y será así hasta el próximo lunes. Una sensación de cuasi libertad que envuelve cada gesto y aparece en cada proyecto cercano. Posibilidades infinitas. Miles. Aunque luego la opción sea quedarse y vivir de esta otra forma, tan silente, tan tranquila, tan caótica, incluso, por la inapetencia del nada que hacer...
Realmente me he preguntado muchas veces cómo lo soportas, si, es difícil hasta de entender.
ResponderEliminarY luego quieres que no te tenga allí arriba...
Querer es poder. Y una quiere, infinitamente...
ResponderEliminar:)