Si no hay imprevistos de última hora, mañana volverá a ser viernes. Pero un viernes de los que una lleva esperando con ilusión, de esos que se planean miles de veces y sobre los cuales se imaginan historias y alternativas para optimizar las cincuentarytres horas casi justas de duración. Restando las de sueño, la verdad es que no es tanto. Pero lo sorprendente es caer en la cuenta de que el tiempo tiene límites y que hay que repartirse para estar en todos los flancos donde se es requerid#.
Todo cambia despacio pero de repente el cambio producido es crucial. Un día miras a tu descendiente masculino y le reconoces metamorfoseado y realizando rutinas de adulto. Otro día observas a la descendencia femenina y la escuchas manteniendo conversaciones de chicos con sus amigas. Y para eso no hay que esforzarse mucho porque es tan niña todavía que no siente el pudor del tener que esconderse porque ya es imposible limpiar la conciencia de los primeros besos, por decir algo. Y la mirada hacia arriba, a la ascendiente, es desoladora, casi tanto como la que me devuelve el espejo por la mañana, por la noche, con esas lineas de expresión tan marcadas que ya solo la cirugía y, supongo, la química podrían matizar.
Así que, con estos cambios, habrá que aprender a adaptarse y organizar nuevos horarios. Precisamente, lo que [superando todos los miedos] pánico me da...
Ley de vida...
ResponderEliminarcincuenta y tres horas restando las de sueño... ? Jamás dejas de sorprenderme !!
ResponderEliminarBenditas arrugas si es una misma quien las descubre!!!!!
un millón de besos mas uno :D
Dintel: Derecho Natural. Se estudiaba en primero de carrera.
ResponderEliminarMizar: mal contadas, mujer. Y conste que yo no tengo arrugas! ¿me oyesssss??? ;) Todo mi cariño para Vos. :)