Hay miles de oportunidades, agazapadas entre bostezos. Y faltan horas, aunque sobren frases cortas que no da tiempo ni a apuntar, como tampoco a lanzar en mensajes breves para que una opinión se convierta en pública. Es todo distinto, a pesar de ser igual y todo cambia un poco cada día, aunque los pequeños cambios se perciban grandes solo cuando han pasado muchos días. Como verse a diario, que es la antítesis de la lujuria, el fin de los sueños, rutinas instaladas y la muerte de las sorpresas. Prefiero el vilo, el lapso, el compás y la espera. En sorbos breves, acompañados de calmas novedosas y sutiles improvisaciones, como el abrazo traicionero por la retaguardia, sin previo aviso y con dolo. Ese lento e inesperado, que conquista centímetros de piel, erizándola y haciendo sentir los prolegómenos del calor que le sigue al frío. Si. Como aquella vez...
Me has REcordado un poema... Estoy pesada con los poemas, sí. Pero has descrito tan bien (también) esa sensación... sí, la de la piel erizada...Sólo unos versos, vale?
ResponderEliminar"...y en cuanto a los escalofríos...
regálame el de tiramisú
y el de nata,
ese destello azul
que ocupa mi lóbulo izquierdo,
y la parte derecha del alma..."
Por cierto, vilo sin preposición, genial. El vilo de la navaja?
Un beso E.
Y cómo se recapitula y se cae en la cuenta que de la suma de esos pequeños cambios que a diario pasan casi desapercibidos resultan esas grandes variaciones,...Suena un tanto descorazonador, los no sueños, las no sorpresas, rutina llama a rutina y en ocasiones ni ella misma por pura desidia se contesta.
ResponderEliminarMe voy a quedar esta noche con la imagen y el recuerdo de alguno de esos abrazos, para bien dormir y tal.
Un beso sparkling :)
Abrir la puerta a la rutina es como un suicidio lento... Aunque a veces somos tan perezosos, tan comodones, que dejamos que nos atrape. Pero siempre podrá quedar esa rendija de la puerta abierta para escaparse y soñar. Y, ¿quién sabe? al día siguiente de despertadores y oficinas, platos sucios y televisión de fondo, te llevas a la cama ese sueño que te hace suspirar y por el que sabes que fuiste feliz ayer y puedes volver a serlo mañana...
ResponderEliminarUn beso
Victoria: paraverséate a ti misma cuantas veces quieras, mujer. :)
ResponderEliminarsilbante: eso es vivir. Simplemente. Y contra las sensaciones que descorazonan hay que trabajar mucho y a fondo. Es posible, te lo aseguro. ;)
Marilia: la felicidad de ayer y la de hoy, la de siempre. Con un poco de empeño basta... Besos y burbujas.