Se me amontonan los parterres de lavandas y de margaritas amarillas, con un fondo azul, de mar del sur y cielo repleto de enormes nubes policromadas en toda la gama de gris. Y el tiempo detenido y poder quedarse en casa, en silencio, viendo pasar los segundos en el reloj que me quité al llegar. Siempre quise mecerme en una hamaca sin marearme, como quise ser capaz de beber la segunda copa de vino tinto sin sentir que pronuncio mal algunas palabras y parpadeo demasiado y lentamente. Una a veces renueva votos sin saberlo y sin hacerse grandes preguntas porque a veces sucede la vida...
Esa que también marea o tan bien marea a veces... ;)
ResponderEliminarUn beso sparkling.
Huy, me ha encantado lo del amontonamiento de parterres.
ResponderEliminarsilbante: también, también... ;)
ResponderEliminardintel: gracias por hacer que me diera cuenta de lo que escribí en modo automático. :)
Me encantan las imágenes de nubes. Tiendo a tener montones de fotos, me gustan casi tanto como el azul de los cielos que chilla.
ResponderEliminarSi te sirve de consuelo, yo ya con la primera copa empiezo a sentir hormiguitas por las piernas. Qué tendrá el vino...?
Un abrazo