He encontrado un lugar para una segunda vida. Y es tan difícil de explicar. Un lugar sin ti. Un lugar para recomenzar despacio y empezar a solas. Un lugar temporal y privilegiado, de calles anchas y poca gente, amable, donde apenas llueve y las cosas son de color verde y marrón en el campo, las casas son de una sola planta o de dos, de madera pintara y un breve jardín que las envuelve, con cestas de baloncesto móviles y abundantes piscinas y caracoles por las aceras y exhuberante vegetación, aún sin ser tropical. He visto un colibrí en un contraluz magnífico y ha devenido mi mejor avistamiento hasta hoy. Un lugar en el que compensan trabajo y vida personal y toleran vidas distintas, a pesar de que todo el mundo se conoce. Diez mil es tan poca cosa... He encontrado un lugar en el que vivir. Un lugar en el que ascendientes, descendientes y colaterales, así como otras hierbas, podrían no estar interesados y por ello el dilema o la tristeza por adivinarlo imposible y producto de potentes imaginaciones desentrenadas...
Me viene a la cabeza: "Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella, no me salvo yo", pues eso....
ResponderEliminarUn beso sparkling.