Una aprende de pronto que la vida consciente que lleva cada día no alcanza al cinco por ciento del tiempo. El impresionante resto es mecánico. Respiramos, tosemos, comemos y besamos, por ejemplo [pienso en el beso rutinario no el otro], por inercia. Como si inercia viniera de inerte, supongo, y nuestras sensaciones hubieran muerto casi siempre. Y eso a pesar de que existe una poderosa teoría que habla del poder del ahora, de entretenernos con lo que tenemos entre manos y potenciar los sentidos para aumentar las sensaciones. Creo que es cierto que a mi se me olvida atenderme, me descuido probablemente un noventa y cinco por ciento de mi tiempo...
Te descuidas inconscientemente. Y me pregunto de qué materia estará hecha ese cinco por ciento de sparkling que atiendes y cuidas conscientemente. Un beso, señora.
ResponderEliminarSe me ha olvidado firmar. Soy Victoria :)
ResponderEliminarNo sé si el 95 o el 5 o lo que sea, pasa todo rapidísimo.
ResponderEliminarEl vivir despiertos es un acto de reconciliación con uno mismo...
ResponderEliminarVictoria, Victoria: está hecha de más carne que de huesos. Pero eso ya lo sabes... ;)
ResponderEliminardintel: la vida, que tiene valor por ser finita. Dicen.
Repo: o de beligerancia con el entorno, a veces. También.
Yo lo único que sé es que el tiempo se me escapa. Y que esa sensación está dentro del 95%, porque se me hace inconsciente, hasta que ya es de noche.
ResponderEliminarMal de muchos, mi consuelo... Tonta que es una. Bueno, no; no es que encuentre consuelo, sino comprensión compartida.