miércoles, 14 de diciembre de 2011

Esos descubrimientos inocuos...

Todo es relativo y cuestión de tiempo. Sin duda. Con certeza. Lo bueno y lo malo. Contextualizamos poco y vamos dando por supuesto los milagros cotidianos e imperceptibles, las sonrisas, el buen humor y la salud. Siempre pienso en lo llenos que están los hospitales de gente sufriendo y perdiendo batallas, viviendo soledades. También valoro que para hacer algo tan simple como arrancar a correr a velocidad moderada, el cuerpo debe estar perfectamente. Solo nos damos cuenta cuando no es así, creo... De pronto, un día, algo lo cambia todo y empiezas a ser consciente del batir de las alas de un insecto, de la profundidad de un sueño y hasta de que eres capaz de redactar versos sin respirar...

domingo, 4 de diciembre de 2011

La verdad...

Tengo la sensación de llevar años corriendo, por delante, intentando escapar, no darme alcance. Y eso, como poco, agota. De manera que han llegado lágrimas y se me enquista la soledad, que trato de que se me despegue pero fracaso. Noqueada y en shock, con los ojos hinchados y apenas sin abrir la boca. Supongo que para que no se note tanto que la pena se me escurre entre los dientes. Tampoco parpareo para que no se me caigan esas lágrimas de las que he hablado antes. Y nada más...