Mandamos señales y a veces estamos cieg#s y sord#s. De pronto un lunes horrible y la lista de atenciones se alarga, se ensancha y se hace profunda. Todo se convierte en un intento infructuoso que me deja exhausta y con la boca con sabor a fracaso. A estas alturas siento que no he estado ni un nanosegundo en los lugares en los que me esperaban o, a lo sumo, he llegado tarde, cuando todo estaba hecho y ya nada servía, ni siquiera las excusas.
Abro la boca y escucho que alguien me habla de cosas tan ridículas como la vida y, sobretodo, la muerte de ascendientes y colaterales. No puedo devolverle las palabras porque su par de manos con sus guantes y una aguja grande [entre otros instrumentos] intentan anestesiarme [de ahí también lo del sabor a fracaso], así que me dedico a mis razonamientos con ensañamiento mientras el tiempo me convierte en Mari Trini, en paz descanse.
A mi la muerte me afecta. Y hacer el ejercicio para el que era requerida [imaginarme la vida sin mi ascendiente femenina] me convulsiona dulcemente, sobretodo ahora, supongo. Y lo hago [el ejercicio]. Y creo que, en efecto, me afecta, así que asumo humildemente que esta noche voy a tener sueños creativos. Y eso es mucho, en un día como el de hoy, que -como dije en la primera línea- ha sido horrible y en el que al final he tenido que oirme un par o tres de veces que "seguro que la jornada ha sido dura, hoy; no tienes buena cara..." con expresión circunspecta y también un poco de lástima mal disimulada. La confianza debe ser eso...
A un día horrible le tiene que seguir, sí o sí, un día mejor. Espero que así haya sido.
ResponderEliminarUn beso sparkling :)
Mañana mejor....verás como si......
ResponderEliminarSaludos
Nieves