Hay cosas que parecen imposibles. Como encontrar un par de minutos sueltos en una mañana de martes, entre reuniones, largos pasillos, gentes en el despacho y mesas de trabajo. O releer algunos correos que comunican cosas buenas y malas en las distancias. O tener claro que hay que priorizar y relativizar y que saber que todo depende de los contextos. Puede parecer evidente, simple e imposible. Pero hay lujos y premios al alcance de la amno, aunque nos empeñemos en verlos mal o en ignorarlos. A mi también se me nublan los ojos, alterno la disposición de algunas letras, se me corta la voz y me flaquean las piernas. Me basta con mirar hacia delante...
¿Hacia dónde te estás proyectando, sparkling? Hace días que se pierden tus huellas.
ResponderEliminarUn beso.