domingo, 12 de agosto de 2012

Cuatro semanas...

Supongo que puede parecerlo pero nunca me he ido... Veo ahora que mi última entrada es de junio y que se me enredan los dedos, lentos, en el teclado. Se me han alargado los días y las cuatro semanas se han hecho increíbles. ¿Cómo se resume uno de los veranos de tu vida? ¿Cómo...? Cuando aún tengo la retina llena de naranjas a contraluz y puestas de sol entre templos vacíos, cuando todavía tengo la planta de los pies húmeda y no me he podido quitar el salitre, no me he calzado zapatos ni vestido sujetador ni pantalón largo. Cuando me acompaña el sonido de las velas desplegándose al viento y mi piel recuerda lo fácil que me resulta sudar en Asia, flotar durante horas como una boya en una cala pequeña de este Mediterráneo de la menor de nuestras islas, sentir el mareo y dormir entre vaivenes y rumores de agua corriendo a ambos lados de la proa. Uno de los mejores veranos y sin embargo algo se mueve aquí dentro...

1 comentario:

  1. el tiempo es raro.
    cuatro semanas no son nada.
    y sin embargo, escritora, he sentido, leyéndote, que eran años.
    el tiempo es raro. i no passa res.
    un beso.

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