Las vacaciones escolares son una bendición. Cuando se suman con los años y en el tiempo y te descubres disponiendo de seis semanas libres al año, el panorama se distiende. Hace poco, en una de mis etapas críticas, me planteé "comprale tiempo" a mi superior jerárquico. Me lo regaló. Hubo un evidente cambio de prioridades en mi y decidí que tenía que sentarme en el suelo, ir al parque, preparar papillas sanas de color verde y dar todo mi cariño [que no anda escaso, precisamente]. Y así fue, aunque seguro que pudo ser mejor. Cuando te quedas sola y tienes dos responsabilidades, te asustas, empequeñeces y flaqueas. También adelgazas, mucho. Pero remontas y engordas y ahora cosecho resultados. De nuevo el cambio de ciclo y de prioridades y ahora ya es todo distinto. Tengo un objetivo claro y me dedico tanto como me dejas. Y conste que me dejan poco, me ponen mala cara y hasta me reprochan. Eso quienes tienen otras prioridades o quienes no quieren reconocer las mías o tienen otras necesidades. En fin. El 2013 va a ir como un tiro. En una u otra dirección, seguro. Y espero que la compañía no falte así que todo el mundo será más que bienvenido...
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