miércoles, 23 de enero de 2013

Creo que la palabra exacta seria desolacion...

A veces la vida regala momentos, intensos, largos. Depende. Cinco horas en un box, tumbada en una camilla, a solas, boca arriba, en posicion de espera, dan para pensar, para caer en los miedos viscerales que nos negamos en modo consciente, para apreciar la sequedad de boca y las manos heladas; dan para ponerse en lo peor, para ir cancelando las citas mas inminentes, de una en una, siempre con la esperanza de que no sea nada, de que va a ir rapido y pronto estaras en casa, de que parece que te sientes mejor, el estomago cerrado y vacio, el alma asustada; si no fuera por esta via, que se clava por dentro cada vez que flexionas el brazo... O por esta bata azul, desechable, que nunca sabes si se abrocha por delante o por detras, aunque sea un detalle menor porque la sensacion de ridiculo es cronica... De pronto, la agenda se desmonta, la energia desaparece, los planes se van cayendo, se pierde todo el control sobre el calendario y las alternancias. Las batas blancas, azules y verdes; los instrumentos y geles helados, los ordenadores en reposo, la gente en los pasillos, la lentitud de cada cosa, de cada prueba, de todas las gestiones; las expresiones del personal, entrenadas para que no adivines si algo va mal, que eso lo diran otros compañeros, si procede. Ninguna musica suave que acompañe, moviles posibilitando comunicar el ingreso, en voz moderadamente alta. El trafico en los pasillos y el paseo en silla por la misma planta... Tengo material suficiente para darle miles de vueltas, de momento...

4 comentarios:

  1. Justo estoy escribiendo un post sobre una estancia en un hospital este verano. Ruedas por todas partes, tiempo... y la vida que parece paralizarse ya en el segundo día de ingreso.
    Te debía una visita y aquí estoy, en la sala de espera
    Abrazo
    Etcétera

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  2. Creo en las casualidades. Lo prometo...
    Gracias por pasar y dejar letras y constancia.
    Feliz dia 'normal' fuera de un hospital! :)

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    Respuestas
    1. No no no, las casualidades no existen.
      Besos
      Etcétera

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  3. No son muchas las veces en que nos paramos a escuchar lo que nuestra fragilidad nos dice al oído. Me alegra que todo quedara en un susurro.
    Abrazo grande, sparkling.

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No serás de l#s que creen que intimido y por eso no comentan nunca, ¿verdad? :) ¡¡Venga!! ¡¡Anímate!!