Llueve a ratos, los fuegos funcionan sin descanso, la humedad y el próximo vuelo en cuatro días. Tiempo familiar y de convivencia. Y de palabras escritas despacio y leídas con dificultad. Y músicas compartidas. A veces la comunicación también es un milagro. Recupero sueño y las ganas de hacer, las ilusiones. Nunca me han faltado, nunca. Aunque se hayan cumplido tantas, casi todas, en los últimos tiempos, como si fuera lo normal y no hubiera que reponerlas y substituirlas de tanto en tanto. Y la mente se va lejos, haciendo planes. Y cerca, proyectando otras novedades que tienen que ver con planos menos verticales, porque una vez es excesivamente poco, hay que sacarse los miedos y volver a empezar...
¿a tener corazón....?
ResponderEliminarTan inhumana me ves, pepa...? :(
EliminarNo mujer..pero a veces compramos una coraza tan cerrada que nos olvidamos que hay un músculo que sigue latiendo dentro, lo que pasa que un tic,tac leeeento sosegado,imperceptible a la espera que aparezca una primavera que acelere su marcha, y se note de tal manera que hasta la coraza sobre, y quizás sólo quizás, estes en esa fase...¿o no?
EliminarLo que nos va haciendo falta es un poco de primavera y un mucho de sol. Y la vida así se ve de otra manera...
ResponderEliminarDisfruta lo que puedas.
Un abrazo
Yo me muero de ganas de que llegue la primavera, Marilia. Gracias!!! :)
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