Todo está bien. Calma, paz y equilibrio. Nada de ansiedad. Pero de pronto... He comenzado a recordarte y mil cosas tuyas han venido a encontrarme. No sé bien qué recuerdos ni qué lugares o momentos. Pero me ha visitado tu risa, tu alegría, tus ganas de vivir. Y se me ha pulsado el alma y la nostalgia me ha pellizcado el corazón, que late más despacio.
Cómo hacer para conversar con quién ya no está? Qué hago con todo lo que me anuda la garganta de palabras que nunca pude decirte? Qué sucedáneo existe para contarle media vida a alguien que desapareció? Cómo se supera algo así? Algo tan definitivo, irreversible, inevitable. Esa asignatura que será y permanecerá eternamente pendiente...
Hay canciones que duelen como puñaladas. Experiencias que fueron imprescindibles y que me gustaría volver a vivir. Solo contigo. Algunos sabores a especias y olores, unas bebidas y hasta lecturas compartidas. Poesía y letras en francés. Música de piano y algunos silencios. Frases inglesas y palabras en catalán.
Hoy se ha colocado todo eso en vertical, desde la boca del estómago hasta la comisura de los labios, como a punto de explosionar, de eclosionar. No sé guardarlo dentro, no puede quedarse ahí. Necesito correr sabiendo que es una huída. Necesito gritar a solas, a escondidas, consciente de que no quiero conformarme, de que no puedo seguir callando ni extrañando, ni saber dónde fuiste, cómo estás, qué sentiste al final.
Hoy he entrado en colapso de nostalgia, añoranza, tristeza, dolor y pena, porque te extraño. Porque me faltas. Porque me quedaste pendiente en tantas cosas, tantos momentos, tanta vida. No consigo acostumbrarme al vacío que dejaste, a todo lo que cambió mi existencia, a seguir así, de esta manera, como cuando hoy, por un rato, me han sobrado lágrimas y me ha faltado una de tus caricias...
Los que se van antes que nosotros, dejan un vacío que se llena con su grandeza mientras vivían. ❤️
ResponderEliminarA veces la tristeza solo es el preludio de algo mejor.
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