lunes, 19 de octubre de 2015

Y esas llaves, Matarile...???

Sé dónde están las llaves desde hoy. Del lugar refugio, inesperado, en el que apetece esconderse de todo lo que sucede fuera. Dónde mirarse borroso de muy cerca y sencillamente reír. Un poco, nada, todo. Dormir apenas. Volver a una añorada adolescencia y alejar ruidos y silencios, con todo lo aprendido dentro de la bolsa que cargamos en la espalda.

Azul. Completamente azul. Y pintar la piel increíble con el primer rotulador con el que me encuentro, que es de idéntico color. Y jugar a ser creativa, improvisando iniciales ajenas. Yo, que siempre fui torpe y vergonzosa pintando... Era un bolígrafo azul, en realidad, y una A, sin significado aunque coincida con otro nombre y otra cara y otras manos, claro. Y dibujar un corazón como antiguo, de los de Cupido, con flecha e iniciales propias, cruzadas, reales. De los que antes se tatuaban los marinos, antes de que llegaran los infinitos que llevan todas en la piel, para siempre, intercambiables y borrables, también. Y perfilar tu pezón izquierdo paseándolo varias vueltas y que te estremezca porque la punta del boli te despierta cosquillas. Y que no importe nada y solo nos ataque la risa.

Yo me tatúo tu mirada, como se graban los momentos irrepetibles, los inolvidables y los irresistibles. A fuego, con fuerza y convencimiento. Y tu sonrisa, tu fuerza y tu forma de besar. Los abrazos y el tacto de los lunares de tu piel. Porque tu alegría es imposible de tatuar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No serás de l#s que creen que intimido y por eso no comentan nunca, ¿verdad? :) ¡¡Venga!! ¡¡Anímate!!