Salgo de ese lugar con la mirada extraña y una sonrisa a medias, entre feliz y triste. De nuevo todo terminó y tiene que marcharse, aunque me quedaría sentada en un rincón y en silencio hasta que ella saliera. La esperaría. La buscaría por los mares y las tierras. Lucharía contra cualquier inconveniente, contra todo lo que pudiera interponerse entre ellas. Valían la pena...
(Suspiro)
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