viernes, 31 de enero de 2020

Etimología...

Siempre me han gustado las palabras. Y los juegos. Los juegos de palabras también.

Por ejemplo:

Dentro de un avión, recientemente. Por megafonía nos informan que el avión va a despegar por la pista dos. Despegar. No hace falta mirar la RAE para saber qué significa. Pero es cierto que el avión deja de estar pegado a tierra.

Otro ejemplo (igual de idiota):

Verbo despedir. Dejas de pedirle algo a alguien. Normalmente, un colaborador. Y un día, después de estar implicado al cien emocionalmente con un proyecto, te piden (amablemente o no, eso no es lo importante aquí) que te apartes. Y te despiden. 

Más juegos de palabras:

- A-norexia: pérdida incluso normal del apetito. No tienes hambre ese día. Y punto. NO nos alarmemos.

- Depresión. Pues tristeza, esa inicial que da lugar a la otra, a la de verdad y en mayúsculas, que requiere tratamiento y química durante meses.

Creo que he ido pensando algunas más, ahora que practico la meditación en mis largos paseos. Pero se me olvidan (las palabras, no los paseos) y no pienso apuntarlas, simplemente porque son solo estúpidos pensamientos. Pero una necesita dejar la mente en blanco y mirar dónde va a poner el siguiente paso. Y nada más. Eso sucede cuando ver hacia delante no aporta otra cosa más que desasosiego y el único recurso, entre respiraciones rápidas y agitadas por la ansiedad, es el aquí y el ahora...


1 comentario:

  1. Lo único que tienen de bueno los malos tiempos son las ganas de escribir, eso y saber que todo pasa. Si pasa lo bueno, como no va a pasar lo demás. Si me permites una recomendación, "Lo bueno de tener un mal día" de Anabel González. Si lo compras, luego me lo pasas. :)

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