Los días se deslizan lentos, cargados, como a plomo. Y me siento sedal y caña de pescar y anzuelo, que se hunde. Se suman [los días] para formar semanas y en breve se cumplirá el mes, por ejemplo. De cuando el destierro, la expatriación y la expulsión, del cambio, la sorpresa y la decepción. Pena. Enfado. Frustración. Muchas cosas que leo en libros de autoayuda barata de magufos de moda que se hinchan a vender libros repletos de frases hechas. Hablan de vacío, duelo, culpa, tiempo. Y hasta de cómo sobrevivir a todo eso y a la soledad. Y voy trazando planes, miro hacia delante, respiro pequeñas bocanadas y doy pasos breves, cortos, cerca, a medio gas. Y avanzo, de algún modo...
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