Et recordo cada día. Intensament. I no me'n amago a mi mateixa. A la resta, sí. Ningú entendria res. Penso en tú dolçament i t'enyoro. Refaig converses i ens veig a llocs. Em penedeixo dels silencis, dels petons que no et vaig donar, de les carícies que mai no et vaig fer. Et miraria d'una altra manera, avui. Des de la maduresa i els aprenentatges, des de la tristor del que ja no serà mai més. Des de la pena pel que mai no va ser i la llàstima. No hi ets i és el fet més irreversible de tots. Inútil tornar enrere, la vida a vegades és impossible...
Hoy amanecí revuelta, forzada y rebelada. Hoy no quería que fuera hoy. Más allá del confinamiento, del desgaste emocional, de la repetición impecable de las palabras clave en los medios de comunicación malditos; más allá de todo eso, amanecí dispuesta a modificar los mil flecos que me desagradan, de mi entorno, de mí, de todos. Confieso no saber por qué lugar empezar. Refiero cansancio y desgaste (incluso pensamientos de muerte), que diría un buen psiquiatra. A veces, apetece pensar que ya no se puede más, que no hay ganas, que nada importa ni ilusiona. Y abandonarse a la vida, ponerse en sus manos. Incluso en condiciones normales. Porque esto de ahora, obvio, no lo es.
Alargo la vista en busca de algo parecido a las ganas y la ilusión. Y eso sí que está contenido, erradicado, vencido y doblegado. Intentaré esforzarme más. Aunque las sienes, que van por su cuenta, quieran estallar. Lo intentaré. Lo prometo...
Spark, a mí también me duele la cabeza. Pero...seguimos.
ResponderEliminarPor supuesto! ¿Quién dijo miedo? ;)
ResponderEliminarBesos y burbujas, Vic!