jueves, 28 de mayo de 2020

De viajes preferidos y de recuerdos y de ganas...

Apetece proyectar tanto como sea posible y deshacerse de esta sensación nueva e infinita, que llevamos pegada a la piel. Se llama incertidumbre y noquea, bloquea, detiene. Es interesante conocer las reacciones ante estos imprevistos y a mi lo que me sigue inquietando en el número uno del ranking es el no saber cuándo y dónde podré marcharme, alejarme, escaparme.

Nací viajera por parte de madre, quizá para desarraigar, no pertenecer, incrustarme en lugares a los que no pertenezco. Es extraña y sorprendente la sensación única de estar en un lugar de manera anónima y observar. Observar. Habiendo escapado de todas las rutinas y de sus protagonistas, reseteando. El lujo de rediseñar la vida y con quién quiero y me apetece compartirla.

Seguiré soñando un rato cada día en los lugares que esperan ahí afuera, con sus azules y naranjas, los colores tierra, el verde, el mar. Y haré una lista mentalmente y me olvidaré más de la mitad. También revisitaré algunos destinos que se me quedaron pegados para siempre y me trasladaré ahí con el viento en la cara y el olor de tantas cosas, en un verano tórrido, vestida solo con un pareo de colores y unas sandalias, con los dedos llenos de arena fina de playas rubias...

lunes, 25 de mayo de 2020

Flash-back. Flash-forward...

A veces los flash-back son tan potentes que huracanean, desolan, vacían. Hay días, como hoy, en los que un poco por azar se repasan partes de la vida tan fuerte que se vuelven a vivir. Sin haber querido. Sobretodo, se vuelven a sentir. Y aún más precisamente, a padecer. Se regresan.

Miras atrás y sólo surgen los peores: momentos, amantes, episodios, besos, años... Y eso que he nuscado solo los masculinos o concordantes. Podría añadir: parejas, sensaciones, caricias, traiciones... Visto con la mirada actual, casi todo/s es/son un error. Grave. Fatal. 404. Irreversible.

A veces se arrastran malestares y tristezas, nostalgias y ausencias. Luego recuerdas que todo fue mentira, hubo traiciones, egoísmos varios, algún narcisista y hasta delincuencia desorganizada o niñas a quienes quisieron mal en su tierna infancia y son repugnantemente rebeldes. O fake. 

Y se pasa. Todo. Hasta el enfado.

Recuerdo que todo esto está despertando tristeza. Entre otras muchas cosas. Y lo explica todo...

sábado, 16 de mayo de 2020

Fragilidades y fortalezas...

Siempre he sido mucho. Y muchas cosas. Sobretodo malas. No estoy orgullosa. Ni lo soy, creo. Pero no impostora. Por ahí nunca pasaré. Ni dejaré que me pasen.

Por eso vengo a gritar con la boca llena que siempre he sido, incluso sin parecerlo, frágil. Y hubo algunos tiempos, ciertas vidas, en los que me empeñaba en disimularme a mi misma y a los demás, también. Que lo era. Frágil. Y no. No es recomendable que parezcas otra cosa. La naturaleza, luego, ya sabes...

Una frágil disfrazada de lo contrario. Una falsa fuerte. Una insegura camuflada, escondida, contrariada.

Qué sucede si necesito bañarme en lágrimas, para sacar de dentro esta angustia áspera y rugosa y amarga y verde? Qué? 

Y así van las cosas cuando te atrapa una confinación máxima y larga, con el paso cambiado, por sorpresa. Hay días de bajón. O de esperanza y de lágrimas inexplicables de “no hay para tanto” y “pero por qué llorar” o “yah, otra vez llorando?” pero mira... De sentirse lejos de lo cercano, tan cerca de lo lejano, porque sí. Solamente.

Miras hacia atrás, a ambos lados, hacia delante. Cualquier punto sirve. Y arriba o abajo, al centro del alma, buscando respuestas, futuros, caminos, explicaciones, comprender, entenderte, justificarnos.

Escribo por escribir. Hoy esto, en realidad, no va conmigo...

lunes, 11 de mayo de 2020

Cambios y blablabla...

Un poco de cansancio, todo, todos. De las conclusiones, de lo que ha de venir, de la infoxicación. Sobretodo, de la manipulación de los medios, de sus invenciones, trolas y fakenews que nos sumen en el miedo. Que es lo único que nos hace ahorrar, nos asusta y nos delimita como personas pequeñas. 

Pero nos hemos tenido que enfrentar a nosotros mismos. Sin excusas ni distracciones. Cara a cara. Y las personas vacías habrán querido saltar por el balcón, supongo... Ni perros, ni niños, ni bares ni casas / camas ajenas. Buscándose en la huida, por todas partes.

Deseo que se hayan encontrado. Aunque lo dudo...