lunes, 20 de julio de 2020

Puertas y ventanas abiertas de par en par...

Aprender la sutil diferencia entre “aunque solo fuera por” y “es que solo por” cuando alguien piensa en cruzar una ciudad para estar unos minutos contigo aporta mucha sabiduría. La misma que observar el comportamiento humano cuando ya no nos necesitan o han dejado de amarnos. 

Entender que aplicar la regla del 80/20 cuando se trata de decidir si hablas o escuchas es uno de los regalos o castigos de la vida, porque el silencio desata pasiones escondidas en quienes nos rodean. Aunque haya silencios que son cuchillos. 

Conocer cuándo toca un punto y coma en lugar del punto final y saber que muchas veces es mejor definir la hoja de ruta para llegar en lugar de suponer. Habrá que armarse de paciencia y de valor si las cosas o personas nos interesan mucho o poco y aplicar proporcionalidad.

Suelto lo primero que me asalta y confieso preocupación por la incertidumbre diaria que impide planificar ni siquiera a corto. Reconocer que tantas cosas no dependen de mi o de mi resolutividad me genera una inquietud desconocida a la que me acostumbro mal.

De acuerdo, entonces. La regla es que no hay reglas. Ni viajes ni cambios de etapa ni proyectos ni compromisos. Pues me esforzaré por vivir improvisadamente, aceptando esas reglas y con mi mejor actitud. Total, quién sabe qué escenario pisaremos a la vuelta y cuáles serán los actores y actrices de nuestra propia función, en este momento tan incierto...?

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