La vida en sábado. El día comienza tranquilo, sin ninguna prisa, con la conciencia de que queda todo por delante, va a ser largo [la noche fue corta] y está por vivir. Y se vive, como si nadie se diera cuenta de que es, precisamente, sábado. Discurre y llega la tarde, que se aprovecha, se comprime, se saborea y se exprime. De pronto anochece y se acorta la alegría inicial. Pero todavía queda, que la noche de hoy va a ser larga. Que todo se detenga aqui, que no avance, que no llegue jamás el domingo con su tarde triste, un ocaso agónico. Pero avanza. Y llega. Inevitable...
LLega y se encamina al siguiente, ¿no?
ResponderEliminarEl vaso está medio lleno, no medio vacío.
Que te sea leve en el kilómetro cero. Envía miniflop, me oyes?
Vale.
Beso, de altura
ojalá pudiésemos jugar con el tiempo a nuestras anchas
ResponderEliminarno consuela, pero te dejo un beso igualmente :)
Lareth:no sé cómo estará el vaso. Yo, cansada... ;)
ResponderEliminarJei: gracias, guapa. El beso ayudó. En serio... :D