El reloj avanza, cierto. Y lo acerca todo. También separa, pero eso no es de lo que apetece hablar. El día de hoy es extrañamente dulce, regresa bondades y éxitos. Ayer fue todo lo contrario. Y ayer ya pasó. Mis momentos de abstracción en negro, ojos cerrados y suspiro, me permiten proyectar y visualizar un poco de lo que ha de venir. Se agota la cuenta atrás. Una de tantas que tengo en marcha. Y todo lo que viene por delante tiene una fuerte carga y está lleno de largas esperas, de tiempos infinitos y necesidades que compartir. Hay días que se sueñan. A veces los sueños se cumplen y otras veces es la percepción la que cambia, porque hemos dejado de exigir, de pedir, de esperar. La vida nos va dando, nos va quitando y tantas veces nos quedamos de pie, con la mirada fija y sorprendida, sin reacción alguna. Si es bueno, por inesperado. Si no lo fuera, por inmerecido. Que siempre nos creemos merecedores de deudas universales y los planetas, los cometas y las galaxias tienen otras cosas en las que ocuparse. Nuestra importancia es tan relativa que podría ser insignificancia e incluso no ser. Y sin embargo seguimos empujando y todo está en movimiento, aunque las cosas de verdad importantes no sean visibles...
Caminando entre cosas importantes
ResponderEliminartropecé con la verdad,
verdad que partió mi alma
en dos partes desiguales
felicidad y tristeza.
No se cual es cual
pero me da completamente igual
sé que se es feliz
gracias a la tristeza.
Buenos días tristeza
¿has venido a despertar
mi felicidad con un beso?
Buenas noches felicidad
déjame otra vez
tropezar.
tic tac, ya llega el viernes :)
ResponderEliminarsomos insignificantes, pero la ilusión nos empuja a seguir moviéndonos, no?
besos
Lector: bonjour tristesse... oui...
ResponderEliminarJei: hay viernes que saben doblemente a felicidad, ¿verdad? :D Feliz fin de semana este Noviembre, este Abril... ;)