viernes, 27 de marzo de 2009

Sueños y carretera...

Conducir hacia el sur. Aunque no tanto como para llegar hasta ti. En soledad, interrumpida con conversaciones y voces diferentes a las que cantan. Observando el camino, tan recto y tan curvo, tan simple. Horizonte en el que perder la mirada, al frente. A la izquierda un mar tranquilo, que brilla, devolviendo sol. Tiempo por delante y pensamientos fugaces. Soy de revisar, de recordar, de repasar. Y de otros infinitivos, pero son de otra cosa. Así que me dedico y me explayo, sin prisa, cambiando de asunto, moviéndome entre recuerdos, jugando con la cintura y las etapas de la vida, que tanto ha cambiado.

Pienso en quién soy ahora, en dónde estoy, en cómo vivo y en quién me acompaña. pensar en el más mínimo cambio me produce vértigo, mareo, náusaeas, secreción de bilis y salivación masiva. Pero hoy sé que todo este escenario cambiará. Y siento un cosquilleo extraño, en éstos últimos tiempos, que advierte, alarma, avisa, comunica... No puedo decir la dirección ni el sentido, tampoco que haya una razón sólida. Siempre he sido algo temerosa e insegura en esto del trabajo. Y ahora no está fácil pero es altamente improbable, que no imposible. Y no puedo evitar proyectarme hacia adelante y en un lugar determinado. Como si fuera un sueño más que otra cosa... Como si no fuera realidad...

He acabado el post. Y quería contar que el mar me gusta mucho. Aunque parezca una obviedad.

2 comentarios:

  1. Es normal que nuestros sentidos nos alerten, estamos hechos de ese modo.

    ¿Te ha gustado el mar?

    Creo que revuelto, pero seguro que mágico.

    Beso, atrasado.

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  2. Me gusta más el mar turquesa, lejano, de los paraísos exclusivos y desiertos... Ya, ya sé... Es lo que hay. Y me gusta mucho.

    Besos, azul cobalto.

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