jueves, 7 de mayo de 2009

Puf...

No sé qué hacer con mis rutinas, con la pereza de despertar, desayunar, dirigirme al baño, la ducha, el pelo y el suavizante, las toallas, elegir ropa y vestirme, calzarme [hace muy poco, hojeando páginas de una revista del corazón en una sala de espera vi el vestidor de una mujer extranjera que tenía más de cien pares de zapatos, treinta bolsos y miles de prendas de vestir, todas perfectamente ordenadas en estantes diseñados a medida para contener diferentes formas de objetos; y quedé impresionada], pasar a saludar a mi ascendente para confirmar que está todo en orden, bajar al parking y comenzar a conducir... Me da pereza hasta pensarlo, escribirlo. Y se me cierran los ojos. Se me cierran...

5 comentarios:

  1. Pum...

    Por conducir con los ojos cerrados. Adiós rutina!

    Esos ojos tan preciosos que se vean!!!


    Un millón de besos más uno.

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  2. ¿Y no será cansancio más bien?

    Cambia el orden, yo lo hago y funciona, me vuelvo loca para encajarlo todo y al final me alegro tanto de volver a mi rutina que deja de serlo.

    Es viernes, suficiente motivo para sacudir cualquier pereza. Pero entiendo muy bien lo que dices.

    Beso, animoso.

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  3. Mizar: enséñame cómo se representa el rubor, anda... :)

    Lareth: sabes perfectamente que es eso. Zzzzzzz. Feliz finde!

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  4. ¡Wow! ¿en serio? ¡¡Gracias!!

    :D

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No serás de l#s que creen que intimido y por eso no comentan nunca, ¿verdad? :) ¡¡Venga!! ¡¡Anímate!!