Pienso que antes no vivía. En mis otras etapas, tan quietas, tan previsibles, tan presumibles, yo no estaba viva.
Quizá parezca exagerado o incluso falso. Pero no. He estado años y años [jroñe que jroñe, como dicen en su spot y con sabiduría los del yogur griego] pasando de puntillas, en silencio, sin ver, sin ser vista. Y al comparar, sin querer, una observa que no hay color.
Es encadenar destinos y planear actividades. Es coleccionar lugares y rincones. Escenarios y paseos, despertares y lecturas. Es descansar queriendo perder el tiempo y dedicárnoslo, a tientas, con las ganas de sorprender intactas, sin urgencias.
Es aprender a cohabitar las prisas, convivir con la cuenta atrás siempre presente, como empujando, sonreir a pesar de eso cuando todo acaba.
Me han enseñado a vivir...
Me han regalado vida...
(F)
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