Entre todos hemos acuñado un nuevo término. Desamigar. Y ya está siendo reconocido en diferentes idiomas. Desamigar es suprimir a alguien de una red social. A alguien a quien previamente agregaste.
Pero yo no sé desamigar. Ni en la vida real ni en esa virtual tan apasionante que la mayoría tenemos abierta.
Soy tan torpe para eso que mantengo activas, abiertas las fichas completas de amigos, familiares y/o colaboradores que han fallecido.
Y cada vez que leo alguno de esos nombres me estremezco.
Pero me temo que soy incapaz de darle al delete y acabar con ellos para siempre.
Al menos pienso que les recuerdo de vez en cuando. Y no les olvido...
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