Ha vuelto el sueño y tengo frío. Y ganas de que el tiempo se acelere un poco, algunas horas, no mucho más. Y de que comience un breve paréntesis de novedades en mi propia casa, sin tener que recorrer distancias, sin apenas moverme.
Hoy he vuelto a recordarte. Pero esta vez no es lo de siempre, no. Introduzco un nuevo personaje a mi agenda, del que no creo haber hablado antes. No sé cómo bautizarlo porque no he pensado todavía en ello y porque luego olvido los nombres que invento. No importa, supongo.
El recuerdo ha venido hoy al atar unas informaciones de que he dispuesto todo el tiempo [años, algunos], sin valorar. Y es el hecho de que, poco después de nuestra ruptura definitiva, tomara la decisión de estudiar algo absolutamente distinto a lo que es [y sigue siendo, a pesar de la breve incursión intrusista] su profesión. Y esos estudios fueron lejos de nuestra ciudad y hoy entendí, combinando esa decisión con otros datos, que se ahogaba aqui y encontró el pretexto para desaparecer.
El ahogo venía motivado porque [y por ejemplo], a pesar de no mantener ningún contacto y emplearnos muy a fondo en que así fuera, acudiera a la hora exacta en la que se recoge a los niños en el colegio y observara en la distancia, por ejemplo, que yo seguía fumando, adelgazaba, cuánto crecían mis descendientes o si me marchaba de fin de semana. Esas observaciones fueron confesadas por escrito alguna vez, con lo cual yo vivía sintiéndome permanentemente observada, en cualquier lugar, como si la persecución fuera tan seria, tan absoluta, tan poco accidental [supongo] como debió ser. Conociendo los antecedentes de su personalidad torturada, es fácil deducir que esa obsesión me llevó a [sin saberlo, sin quererlo] protagonizar su vida. Hasta que decidió desaparecerse del escenario y buscó otro, ni muy cercano ni muy pequeño sino casi lo contrario y con otra lengua de las mayoritarias.
Pero ha regresado, hace tiempo ya y se bloquea, se protege y parapeta, no da datos y se me esconde. Aprendí que por nuestro bien, el del plural que una vez conjugamos con felicidad y una sonrisa enorme, no debo hacer ningún intento de acercamiento, ni siquiera el más sutil y discreto.
Tendré que seguir disimulando que de vez en cuando todavía pienso en ti...
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