viernes, 5 de febrero de 2010

Destinos...

Estaba contenta. De verdad. Y sin embargo acabo de llorar. Con sentimiento y a solas ante la pantalla. Un paseo por el "libro de las caras" y de pronto un pequeño video y un título que dejaba clarísimo que una mujer joven murió hace un año. No la conocía a ella y tampoco al autor del vídeo con fotografías de toda una vida y una música mensaje. Era un homenaje a los veintiséis años que la pareja ha compartido y una muestra de la soledad del viudo, joven, con dos hijos que ha quedado supérstite. Y a mi ese cuadro me afecta profundamente. Porque me da la sensación de que en mi caso nunca será así. Como las parejas a las que veo por la calle, entrelazadas, apretadas, atrapadas en una mirada...
Temo a la soledad y la adivino. Igual de tanto pensarla y temerla acabo invocándola y atrayéndola a mis polos [positivos, deduzco, por lo de la repulsión y la contrariedad que establecen las leyes de la física, no por otra cosa] para que se me instale dentro y fuera, para los restos...

Tengo los ojos empañados y el alma de plastelina después de ver el vídeo, de visualizarme a mi en ese otro contexto tan distinto...

Por cierto, se la llevó el cáncer de mama y creo que sólo tenía cuarenta y dos... Lamento el vacío que dejó al marcharse, esos dos hijos adolescentes... qué difícil...

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