Aquí se viene a jugar con las palabras. A vaciar nostalgias. A comprender miradas y silencios. A compartir sin disfraces. Con seudónimo pero el alma verdadera...
lunes, 1 de febrero de 2010
Dificultades...
Mi dolor de cabeza es bastante más grande que la taza de te verde que sostenía entre ambas manos hasta que comencé a teclear. Quería entrar en calor ya que tu alma me queda algo lejos, ahora. He vuelto a saber de ti, de forma absolutamente accidental. Y a ratos pienso que se va a producir algún tipo de señal, de movimiento, de reacción ante mi acción [inevitable que me quede quieta, en este tipo de situaciones. Tsé.] y me siento un poco inquieta. De ahí vendrá el dolor de cabeza, pienso. Quizá sea debido a un déficit de horas de sueño, un superávit de cansancio, un exceso de ejercicio y/o una tensión acumulada ante lo que mañana ha de venir [cuando yo haya volado hasta alli, claro está, previo madrugón, a confesar ante alguien que vestirá de negro, como yo...]. Creo que en un par de días habré conseguido deshacerme de la visión de un horizonte amplísimo, tocado de un azul limpio y doloroso, de una luminosidad hiriente, lacerante, demasiado intensa, pura. El blanco que alfombraba la extensión, sobre el que me deslizaba sonriente y temblando de frío. He querido memorizar la sensación, el momento, la vivencia y me cuesta tanto...
las dificultades se afrontan y se superan, no era eso?
ResponderEliminar:)
¿Quién dijo miedo?
ResponderEliminar¡¡Claro que sí!!
Un beso.