Un día largo y quince horas fuera de casa. Salir y regresar con un cielo anochecido y negro, con el frío que se trae consigo este otoño tan poco esperado y de contrastes, como todos los otoños [aunque sea otra primera vez que se comparte, en un caso determinado y del todo remarcable]. Un día largo y aprovechado, en aplastante y hasta insultante minoría, envuelta entre trajes oscuros y corbatas de colores estridentes. Observaciones y conclusiones: el verde contrasta bien sobre el marengo; los de la capital visten zapato italizno con cordones y los de Barcelona los mocasines americanos. Me pregunto dónde nos metemos, en qué lugar están esos altos porcentajes de mujeres en alta dirección, que airean a diario los periódicos económicos y también los generales. Veinte a cuatro. A ver si eso no es goleada. Y encima para oirse un "qué bien que asistan chicas... así ponéis la nota de color a la reunión", como si fuéramos floreros o elementos decorativos, embellecedores como los cromados de un automóvil. Siglo veintiuno y cargos en ejercicio formados al más alto nivel, recuerdo; de los que aparecen en prensa como elementos determinantes en nuestra particular catástrofe económica... La dinámica de trabajar y tratar de hacerlo mejor no cambia nada, al parecer. Que ya son tantos años y no se percibe ni un pequeño movimiento ni mejoría. En serio...
Lo raro (que no lo es) es que los hay que hacen ese tipo de comentarios y no se sienten estúpidos.
ResponderEliminarTe acompaño en el enfado.
y peor que se va a poner.
ResponderEliminar:)
Besos
Mizar
La cosa...: gracias por la compañía frente a los estúpidos, que son infinitos...
ResponderEliminarMízar: ¿algo en concreto te hace sospechar o es en abstracto? ;) Abrazo.