domingo, 16 de enero de 2011

De casamientos y maridajes...

Es cierto que sigo mi camino. Y algun#s dirán que muy en solitario y consciente de ello sin querer alterar nada. Pero voy a reconocerte, con alivio, que a veces me detengo y te recuerdo y me pregunto eso que, retórico, se cuestiona la canción: ¿qué hubiera sido de mi si ese día no te hubiera dejado marchar? No, hay momentos inevitables, imposibles de cambiar, en los que alguien toma una decisión que resulta ser inamovible desde el primer segundo, aunque tú no puedas saberlo hasta algún tiempo después, tarde, en hundimiento, sin remedio. Son esas decisiones que, como algunas palabras dichas deprisa, afectan con certezas, se arrastran y se trasladan en la mochila de cada un#, con cuidado y sin ánimos de desprenderse porque acaban haciendo una infinita compañía, saludable, catártica, entera. Pero tú ya sabes que a veces me detengo, porque me supiste bien y siempre has tenido buena memoria, así que parto, siempre he partido, de la base que lo recuerdas todo, con detalle y precisión de cirujano. De la misma forma que siempre supe que, de no haberte dejado marchar, tampoco seguirías conmigo. Porque nunca en creído en el resultado de la unión de nuestros nombres, que casaban mal...

4 comentarios:

  1. Hoy no tengo nada que decirte...y es curioso después de los últimos comentarios tan laaargos que te he hecho. Sólo que nunca había pensado en eso del casamiento de los nombres. De repente me he puesto a casar nombres.
    Un beso

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  2. esa mochila de la que hablas no pesa a veces demasiado?
    igual sería recomendable aligerar un poco... no crees?
    Pero qué difícil decisión!
    seguramente vayamos cargadas con el peso mayor e innecesario?
    c´est la vite?
    decisiones?
    demasiadas preguntas? siempre...

    :)

    Besos.

    Mizar.

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  3. Victoria: es original esto de comentar sin tener nada que decir. Meritorio. Gracias. :)

    Mizar: tú y tus preguntas. Yo y mi falta de respuestas. Haz alguna fácil, para variar, ¿no? Beso. :)

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  4. A veces hay que saber abrir la mano para que vuele la mariposa... Si aprietas demasiado, acabs matando a la mariposa. Después de ese dejar ir sólo queda meditar en el desapego, amar desde la distancia. Encantada de hallarte.

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No serás de l#s que creen que intimido y por eso no comentan nunca, ¿verdad? :) ¡¡Venga!! ¡¡Anímate!!