Miércoles con reunión improrrogable, inaplazable, irrepetible y única. La llamaré, por todo eso, la Reunión. Ni más ni menos. Salgo del parking despacio a las 8, con tiempo suficiente para llegar antes de las 9, como procede. Y ya las curvas cerradas de cada mañana se me presentan más difíciles, la dirección se resiste en cada giro del volante, las rampas cuestan de subir a pesar de ser solo razonablemente empinadas. Y bien... pongo un "pie" en la calle y a un centenar de metros un caballero extranjero, rubio, de ojos claros y liándose un cigarrillo, me gesticula haciendo en el aire una circunferencia repetidamente con el dedo índice de la mano derecha y una sonrisa interesante. No puede ser. Vamos, por favor. ¿Hoy? ¿justamente hoy? ¿el día de la Reunión? si, el día de la Reunión... Opción A: proactividad y autosuficiencia, ensuciarme las manos y la ropa, tener que regresar a casa a tomar una ducha y a cambiarme de ropa. Con suerte, 2 horas y ninguna garantía de éxito y seguridad porque, a pesar de haberlo hecho con anterioridad, nunca sola... Plan B: telefonazo al renting y campaña de manos limpias. Todas sabéis cuál he elegido porque en mi lugar habríais hecho exactamente lo mismo.
Notifico oportunamente a colaborador#s y, sin embargo, amig#s de lo sucedido y advierto del retraso y de la causa. Ellos opinan que vamos, me lo podía haber hecho yo. Ellas creen que he tenido una idea estupenda y, por supuesto, correcta. Y empatizan conmigo. Paciente y en calma [el poder de la mente, la autosugestión y -sobretodo- la lejanía física de mi Ecs con sus histerismos perpétuos... son infinitos] espero durante los 45 minutos en los que se convirtieron los veinte que me anunciaron por teléfono. Recuerdo que la última vez que un coche me falló fue en los Monegros camino de Madrid para intentar coger un vuelo internacional a pesar del cierre por okupación del aeropuerto del Prat [sí, aquel fatídico 1 de agosto en el que los empleados tomaron las pistas y fueron posteriormente sancionados]. Bien, en los Monegros la grúa tardó muchisimo menos que en el centro de BCN hoy... He despachado correos y he hecho llamadas que adeudaba o necesitaba hacer, tranquila y escuchando música y/o noticias por la radio.
He llegado a las 10h45. Nada mal, teniendo en cuenta que mi despertador había sonado a las 6h30. Y como también yo soy de las que me creo el centro del universo y de todas las galaxias, hasta de las que se van descubriendo en estos tiempos, tan lejanas, al entrar he pensado que ya todo el mundo estaría al tanto de mi súper problemón, de la razón de mi retraso y hasta se reirían de mi por haber pedido grúa para eso tan sencillo que es sustituir una rueda que en mi coche debe pesar 30 kilos, sin llanta de aleación ni tornillos normales y de seguridad. Así que la entrada con una poco proporcionada disculpa por la interrupción al grupo ha devenido en esperpéntica con una comunicación imposible plagada de frases sinsentido... Nadie había querido interrumpir la reunión y he debido explicar por enésima vez el periplo, mientras constataba con asombro que habían avanzado tantísimo en solo un par de horas escasas...
El cambio de actitud, el priorizar las llamadas y las gestiones, la espera paciente por inevitable me han hecho reflexionar. Luego me he subido a la cinta a sudar profusamente, corriendo como si se me escapara el barco que me lleva a un paraíso de largas vacaciones y he tomado una frugal ensalada [sí, con proteina, sí] y la tarde ha surgido a la hora de la siesta y de la digestión y se me ha hecho larga porque terminó a las nueve. Y ya por la autopista he hecho un par de llamadas para excusarme en una cena en la que tenía previsto contar, escuchar y reir. Pero es que solo tengo fuerzas para acostarme y que mis circuitos abandonen su actividad frenética y desconecten...
Anda que parece que haya comido lenguas, que decimos por aqui. Menudas parrafadas bien claras que han salido hoy, a mi, tan críptica...
Los Géminis somos quánticos, siempre tenemos un gemelo en un mundo paralelo cumpliendo con la posibilidad desechada.
ResponderEliminarDentro de poco será nuestro día, espero que nuestros gemelos se encuentren bien.
Unas veces pareces Géminis (con mayúscula?) y otras no. Quizás por eso eres Géminis...(insisto) O no.
ResponderEliminarEs jueves. Beso largo. De una Leo (¿?)
TLS: los tuyos no sé muy bien. Los mios te aseguro que están cansados. Los cuatro... ;)
ResponderEliminarVictoria: este jueves también ha sido laaaaaargo y caluroso...
Yo también soy géminis y, aunque no creo na en estas cosas, sí que me reconozco en algunas: estar en continuo movimiento, haciendo miles de cosas a la vez,si no me aburro cual ostra. Lo curioso es que todos/as las/los géminis que he conocido, menos una que tenia una pachorra increible, somos muy parecidos, así que a veces saltan chispas.
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