lunes, 15 de agosto de 2011

Medio agosto y regreso...

Me escuecen los ojos y me zumban los oídos. Los ojos porque están llenos de cielos, soles y nubes, y de valles verdes y ríos gélidos y transparentes, de líneas de montañas y de alturas. Y los oídos porque se me han llenado de silencios, tres días sin cobertura que ha hecho imposible la comunicación y ha cambiado gestos y hábitos: mi teléfono cerrado, sin necesidad de carga, mi cabeza exactamente en el mismo lugar que mi cuerpo, contrariamente a lo que suele suceder con mis contínuas y mal disimuladas evasiones. Es complicado tener tantos frentes y tengo poca memoria para inventar excusas falsas.


Tres días caminando y redescubriendo mi anatomía, revisitando músculos poco conocidos y sobreviviendo con agujetas de cabeza a pies, a pesar de los masajes. Me resisto a pensar que antes no me sucedía porque no quiero saber que la edad pueda tener algún tipo de [indeseada] influencia. Ese paréntesis se deshace cruzando a solas un par de CCAA, apretando el acelerador y leyendo hasta 150, como si alguien me estuviera esperando, como si el viaje no me devolviera a la rutina que retomo mañana, despistando, disimulando...


Debes debatirte entre el reserva que acompañará tu ensalada esta noche, entre risas y alguna nostalgia que te verbalizarán y disimularás para que las lágrimas no regresen, como cuando los besos a través de la ventanilla, antes de marcharme, hace tan poco, tan pensativa todo el día, tan especial el largo paseo entre valles y cascadas, bajo un sol que finalmente acabó por quemarme los brazos y la nuca, en este último día.


Esta noche suenan petardos, como si fuera junio y he debido recordarme que solamente estamos mediando agosto, queda tan poco tiempo y tanto que hacer y sin embargo se me parece tan largo todo...

4 comentarios:

  1. Los regresos a los sitios habituales se hacen rápido, como si se tratase de esa manera de imprimir al tiempo esa velocidad, (con que nos alejamos de lo que añoramos), que acerque los paréntesis.
    Saudade.
    Un beso sparkling.

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  2. :)))
    Un beso, sparkling.
    Victoria.

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  3. silbante: pero cuestan. I promiss... :(

    Victoria: ¿qué? ¿burlándote de mis tristezas? ;)

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  4. Has hecho el camino de Santiago? Y si no, tu relato se le asemeja mucho: paisajes, sensaciones, vivencias...

    Me encanta escaparme, pero también me gusta volver. Como en casa, ya lo decía Dorothy, en ningún sitio... ;)

    Un abrazo

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