Siempre me cuesta resignarme a que se vaya el verano, aunque con el tiempo me acomodo también en el otoño y me acostumbro al cambio de aire y de armarios y me cubro y la piel se decolora hasta devenir de un blanco gris nada saludable. Y esa es la razón por la que voy a despedir la estación que ya no es en un lugar dónde suele ser primavera todo el año, con escasas alteraciones. Porque sueño con caminar durante kilómetros por una playa de arena blanca mojándome los pies y luego tumbarme en el césped y bañarme en una enorme y desierta piscina. Y dormir, leer sin poder dejarlo, descorchar por lo menos una botella de vino tinto reserva, hacer el aperitivo hasta por la noche con el primer sorbo de una Alhambra 1925 cuasi helada y a medias, ver alguna película y charlar sobre todas las cosas y los silencios, sentir la piel y dejarme. Como si el necesario trayecto en avión fuera la rutina con la que inicio desconexiones y me alejo, consciente de que es mi particular forma de rebelarme, hacia donde casi nadie podría encontrarme porque aqui desconocen el destino concreto, el paraíso personal. Y quizá sea eso lo que proporciona la mayor parte de esa sensación de bienestar que solo desaparece con el billete de vuelta utilizado...
Con cada ola que llega
ResponderEliminarel mar me llama
ven . . .
ven . . .
agujas de hielo
entre mis dedos
no no voy a retirarme
ven . . .
ven . . .
abraza mis rodillas
balancea mis muslos
respiro hondo
me llama
me canta
el mar me dice
ven . . .
ven . . .
sobrepasa mi cintura
y besa mi espalda
me abrasan los escalofríos
siento pena
porque en la orilla esta mi vida
y en el mar...
mi eterno sueño
ven . . .
ven . . .
vino... cerveza... ¿? mande¿¿?? :-O
ResponderEliminartanto me he perdido en estos meses de stand by??
Besos
Mizar
Suena perfecto. Amenaza y ejecuta.
ResponderEliminarBesos sparkling :)