Aqui todo el mundo crece. O envejece o madura, según. Y vamos dejando un vacío o una presencia, también depende. Algun#s simplemente desaparecen y las noches se hacen distintas y más solitarias. Otr#s, en cambio, requieren compañía constante, presencia de piel, miradas discretas y supervisión cariñosa. En medio, te deshaces, te fundes un poco, te sientes nada y de nadie, te vacías, se te desprenden. Entre todo eso, los días van siguiendo y te apagas, entre lágrimas tristes y sonrisas sin pronunciar, como las palabras mudas que se entretienen en la garganta y en la boca hasta bien entrada la mañana, de tanta soledad y tan poco diálogo, con nadie. Hay momentos que no deberían ser y miedos que esperas impaciente y acaban por llegar. Y la soledad por fuerza, la falta de certeza y las horas muertas de esperas fundadas que a veces lo alargan todo un poco más, desplazándolo hacia algún lugar, sabiendo que cada día se te aproxima y lo percibes...
Crecer y enriquecerse (no hablo del maldito parné) sería el binomio perfecto. Quiero pensar que las sonrisas no pronunciadas están, y que, nada más y nada menos, hay que dejarlas salir a veces nos resistimos, como negándonos algo. Hay días y días...(te debe sonar).
ResponderEliminarMuchos besos sparkling :)