miércoles, 21 de septiembre de 2011

Que sepas que te echo de menos y no me leerás...

Veo amaneceres, soles y cielos de color naranja. Y pienso en ti. Fueron días y mañanas, muchos, abundantes y prolíficos, de cruce de imágenes y paisajes y lugares, hasta palabras y letras sumadas con cierta torpeza por imposibilidad. Y de verte detrás de la cámara guiñándome el ojo, tan lejos, tan de color miel, sonriéndome por debajo de los rizos que te tapan la frente, imaginándote y adivinándote sin conocerte. Parece que la vida nos acerca un poco más y que has dejado de leerme, así que puedo sentirme un poco más ligera al escribirnos. Cercanía peligrosa, proximidad que nos asusta y va a retarnos, a pesar de las mil significaciones de un encuentro, de todos los nervios... A veces pienso que te echo de menos y que me gustaría escribírtelo, así, con solo cuatro palabras y trece letras que suman quince más un espacios...

6 comentarios:

  1. Pero prefieres que no te lea...

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  2. No soy buena en aritmética, pero creo que los espacíos valen por dos.

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  3. La Repo: no, creo que tarde o temprano me va a leer, cuando desaparezcan las ocupaciones... :)

    dintel: a veces hasta multiplican... ;)

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  4. Acertaste, pero las ocupaciones no eran las que me hubiera gustado tener.

    Siempre te leo, eres la Maga de las palabras y eso no ha cambiado, y reconozco que, a veces, sólo entro para saber si estás, como quien busca un amigo que hace tiempo no ve, y me tranquilizo y veo la foto y recuerdo y sonrío.

    Gracias, porque esta lectura me ha devuelto mucha ilusión.

    Beso, con doble tirabuzón.

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  5. Repo: ¿ves cómo mi suposición era buena? :D

    Gracias, Lareth. Por volver. Por estar. Por seguir. Por reir... :)

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