A mi me gusta la gente modesta. La auténtica que toma conciencia de lo mucho que le queda por hacer y aprender frente a lo que ya sabe y conoce. La que no se exhibe e ignora lo que es presumir de conocer a gente importante, que les supongo objeto de admiración precisamente por saberse inferiores. Mira. Cada cual es como es y yo no me meto con nadie. En la vorágine cuasi histérica de hoy, entre llamadas y felicitaciones que únicamente puedo agradecer y repartir, porque hace mucho que entendí que las cosas se ejecutan en equipo y que un# sol# es generalmente inútil, he podido conversar con quien más responsabilidad ha tenido en el puñetazo de ayer y desde el principio ha encontrado el momento para, elegante, explicar [como si yo lo desconociera] cuál ha sido la inestimable colaboración de tod#s y cada un# de quienes han ido interviniendo a lo largo de los años en el procedimiento que ha dado todos los frutos soñados y en un grado de madurez impensable, si se me permite el símil agrícola. Y qué fácil todo. Qué bien debe sentirse tras la consecución del milagro que nos ha regalado... conociendo sus límites y, por supuesto, reconociendo sus limitaciones...
Creo que no soy modesta. Cuando sé algo no sé cómo hacer para parecer que no lo sé.
ResponderEliminar¡Enhorabuena sparkling!:)
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