Otra jornada de catorce horas entre escuchas, intervenciones y debates. Yo, que soy tan pacífica. Aprendiendo a estar y a seguir, a comprender y defenderme e incluso a disimular todos los vacíos y las lagunas, con discreción. Hace el mismo calor que hizo en primavera y el sol luce y quema igual que hace dos meses pero es falso que vaya a atraparnos el tiempo de las horas libres, los paseos y los contactos más físicos que nunca que por aqui nos trae el mes de abril. No. Luego nos sorprenderá súbitamente la lana de color gris pegada a la piel, que en invierno ni siquiera pica porque el frío eriza el vello como lo harían un sentimiento o una emoción. Y solo es frío, de la misma manera que hoy sucedió el calor. Sé que estoy muy lejos y que hay otros proyectos que me recogen los ánimos y las ganas y me impulsan a distancias nada prudenciales, como retos y desafíos que tal vez nunca regresen, pero, por favor, no me dejes escapar, reténme de todos los modos que puedas inventar y no me dejes a solas conmigo misma y el sofá, que no quiero morirme de pena...
Piensa que un sofá para una sola es mucho más cómodo!
ResponderEliminarSaludos