A veces tomamos consciencia de las cosas más pequeñas. No es invención propia. ya Eckhart Tolle lo recomienda vivamente en El poder del ahora. Digamos que a mi me ha sucedido recientemente en varios nanosegundos... Un paseo entre docenas de razas por Rambla Cataluña, una mañana fresca de invierno, soleada. Echar la sal al agua hirviendo para preparar pasta y después un poco de aceite, mirar por la ventana del taxi que te regresa del enésimo aeropuerto o pasear las habitaciones de la enorme casa materna en la que creciste y a la que sueles resistirte a volver, reivindicando una existencia tan completamente distinta. La maleta vacía vuelve a esperar en medio de mi habitación y no me quiero enfrentar a construir combinaciones cómodas y correctas y abrigadas, seguramente porque esta vez hay un miedo especial, diferente y arriesgado que se añade a las tensiones habituales, un riesgo distinto que no se va si cierras los ojos o te abstienes de hablar, como hacen los niños y como se practicaba en mi familia política [de lo que no se habla no existe pero ni en veintitrés años lograron convencerme de ese planteamiento...]. Esta vez, pues, no va de nostalgias. Va de riesgos y de temores y preocupaciones por lo que ha de venir, no por lo que fue y no volverá. Hoy he cerrado con palabras el lugar en el verano dónde todo está lleno de calas de color azul turquesa y a las alturas del año en la que nos encontramos es un pequeño récord. Si al final, de mayor, seré Capricornio...!!
...Y se abren nuevas calas turquesas pendiente de que explores sus arenas y tiñas sus turquesas. Sólo con una nonagota de "atrevimiento" y "riesgo"....
ResponderEliminarCapricornio? Precisamemte capricornio?
ResponderEliminarPues vaya...
Un beso.
Hombre Victoria..Geminis sería más arriesgado....Al menos eso dicen..jajajajaj
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