Una hace planes, con la calma de un reposo [prometido, esperado, calculado], gestionando los flecos sueltos y todo se enreda provocando la búsqueda mal disimulada de la cámara oculta que alguien debe haber puesto para atraparte con el paso cambiado y perdiendo los papeles, los estribos y el saber estar. Como si se protagonizara una broma pesada y de mal gusto. Una lástima, la pérdida de las oportunidades, aunque esté aprendida la lección de adaptarse al cambio de manera precipitada, acaso. No valen ni dilaciones ni pérdidas de tiempo, inútiles, estúpidas, terribles. Hay que actuar deprisa, a pesar de que, con la frustración, han regresado esas molestias que parten el cuerpo en dos en un imaginario eje horizontal, perfecto. Y ni siquiera han admitido mi solidaridad, a pesar de que iba a mentirlo todo con la cabeza alta; la causa lo valía. Me pareció demasiado arriesgado, aunque mi impunidad hubiera sido perfecta. Quizá precisamente por eso di pasos al frente y me rectifiqué: no se trata de causar daños ni siquiera colaterales e indeseados, porque hay cosas con las que no se juega.
La tarde se ha llenado de letras, torpes, lentas. Y de voces y he cometido el error de exprimirme como un cítrico en un ejercicio extraño, como el de mirarse en un espejo y, simplemente, reconocerse. A momentos, en ocasiones y oportunidades, porque el papel todo lo sostiene pero, en cambio, la voz... Como un predio sirviente o el tutor a quien le aprovechan las experiencias ajenas, como la telonera o la encargada de exponer en primera persona, como esos perros guía entrañables que hay en todos los lugares y que suelen cortarme la respiración. Como si supiera el camino que queda por recorrer, lo recordara y me llevara las manos a la cara, cubriéndola con preocupación, intentando inventar soluciones para eliminar sufrimientos, los que sin duda han de venir, implacables e inevitables, sin piedad. Todos podemos, al fin. Hay esperanza y hay otras vidas y otros compartimientos y lugares. Es cuestión de querer, como quien quiere encontrar tiempo para lo que suele no ser posible y, ¡helas!, aparece rompiéndolo todo, rutinas incluidas. Y se recogen pedazos por todas partes y la mente se va en vuelo rasante hacia atrás, a los lados, proyectada hacia ese futuro que se acerca despacio.
Nada como una copa de vino para sentarse, escribirse y no decir nada. Mi soledad es cada día mayor por estos lares y ni siquiera pienso en releerme por si se me ha deslizado algún [odioso] typo o error gramatical que solo l#s mentalmente privilegiad#s son capaces de hallar...
Impecable el post, sparkling. As usual. Supongo que una misma es consciente de que le cuesta mantener el ritmo, pero esto no siempre trasciende.
ResponderEliminarGracias, gracias. Es bueno saber de tu solidaridad y que no soy la única que tiene límites...! :)
EliminarIntenta recordar(le) que cada una persona es única, que cada una tiene su camino, su historia, sus circusntancias, su karma y su suerte... y lo bueno de la vida es aprender a jugar con las cartas propias...
ResponderEliminarsomos lo bastante mayorcitas como para saber que ninguna partida se parece a otra, aunque se trate del mismo juego...
ups, como estoy hoy
sorry...
(ya me lo digo yo)
Se intentará, aunque, como dices, somos mayoristas (sobretodo algunas) para saber casi todas las cosas... Espero que hayas mejorado, a lo largo del día...
EliminarTendía que irme a dormir
ResponderEliminary como siempre no tengo ganas
y eso que me espera una semana larga
una semana dura
con un viernes especial
En fin empiezo un maratón de 5 días...
y supongo que tu también
en fin mandarte un saludo
y abrígate que va a hacer frío...